sábado, 14 de julio de 2012

La dulce vida

Durante los setentas antes de la llegada del mil chistes, existió una publicación para adultos donde aparecían chistes y caricaturas llamada la dulce vida. Su tamaño era de bolsillo como el capulinita, con el tiempo fue creciendo hasta terminar en una publicación regular.



Con el tiempo aparecieron publicaciones hermanas como el ria y los mejores chistes de.. que tomaban una temática en particular circos, bodas, cárceles, y demás con buena regularidad. Por lo que se volvió el "cuentito" de cabecera de muchos.


A muchos de nosotros por obvias razones, nos prohibían hojearlo por lo menos. Lo cual obviamente hacia que lo leyéramos a escondidas, tomándolo del mismo cajón de donde sacábamos el caballero y el interviu a escondidas.



Si alguien lo recordó espero haber dibujado una sonrisa por el resto del fin de semana


1 comentario:

Dr. Chamula dijo...

Desde esa época empezó también a circular "Chistes para Coleccionistas" de Mina Editores, que tomaba su formato de publicaciones extranjeras como el Fiesta Comic del Reino Unido. Se caracterizaba por su tamaño (96 páginas) y sus portadas con dibujos o ilustraciones pin-up de hermosas y muy sensuales mujeres en poca ropa y sugerentes poses (en esa época el dibujante español Jorge Ginés "GIN" ilustraba esas portadas casi siempre con despampanantes chicas basadas en su personaje de "Denisse", tira publicada en revistas como El Papus).

Con el tiempo los dibujantes cambiaron y con ello el estilo de las chicas de portada, pasando desde Ricardo Platas "Ric" hasta las clásicos gynoids de Sorayama de los cuales ignoro si se usaron con la debida autorización. Además en contraportada casi siempre traía publicidad cachorrona de otras revistas como "Chistes para Contar", "Chistes y Chicas" y "Buenissima".

Curiosamente en los ochenta era fácil ver a adolescentes y hasta a niños leyendo ávidamente estos comics engalanados en sus portadas por monitas cachorronas como una enfermera chichona y nalgona, una morenaza en microtanga o una coqueta rubia envuelta únicamente en una fina estola de piel (imposible ver todo eso y no pararse uno en toda su gloria). Años después fue finalmente catalogada como "para adultos" y comenzó a mostrar la leyenda "para su venta a mayores de 18 años" lo cual la hacía sentirse aún más prohibida y deseable de leer (o de usar como 'apoyo visual')... qué tiempos aquellos!